Mi padre, solía desayunar rumbo a su trabajo, acostumbraba detenerse en
diferentes lugares dependiendo del día de la semana que se tratará. Cuando un
día lo acompañe, respeto su rutina y se detuvo en el restaurante que visitaba
cada jueves, entro al lugar donde apenas había cuatro o cinco comensales,
saludo a la meseras que platicaban junto a la caja registradora y camino hasta
una de las mesas, nos sentamos y espere que me trajeran una carta para hacer
una orden. Al cabo de tres minutos salió de la cocina una de las meseras con un
plato en las manos, deposito el desayuno frente a mi padre, luego me entrego la
carta. Note que el platillo no estaba en el menú, se trataba de un pedido
especial.
El recibir el platillo rápido, pero
sobre todo, el que estuvieran dispuestos a prepararlo especialmente generó un
hábito de consumo, y un ingreso seguro para el restaurante. En este caso, la
gestión de ese cliente recaía en la mesera, quien debía estar al pendiente del
día de la semana y la hora para solicitar a la cocina oportunamente el platillo
especial. Sin embargo, un cambio de turno del personal podría poner en riesgo
la visita semanal de ese cliente en particular.
Ahora bien, es totalmente
conveniente que los negocios logren entender y atender los hábitos de consumo
de sus clientes, estar preparados en todo momento para cubrir sus necesidades y
tener segura la venta. Tal vez podrían comenzar a llenar una bitácora de
eventos o registrar cada visita de los clientes, o recurrir regularmente al
historial de pedidos como parte de un proceso de ventas, logística o hasta para
el diseño de productos. En este caso la empresa puede recurrir a un CRM (Gestor
de las Relaciones con los Clientes).
Básicamente un CRM consiste en
una solución informática que permite gestionar la relación de la empresa con
sus clientes, con la intención de ofrecer productos y servicios de una forma
más asertiva, mejorar su experiencia de compra y asegurar la fidelización hacia
los productos y/o servicios de la empresa. A través de un historial de consumo
y un perfil del cliente el CRM integra información que permite la elaboración
de propuestas o generar promociones optimizadas para el gusto, preferencia o
necesidades de los clientes; promueve la fidelización de los clientes hacia
determinado producto o marca.
En algunos casos, el CRM permite controlar
las ventas y el flujo de efectivo, permite la integración de información con
otros sistemas como los utilizados para almacenes o contabilidad; en el caso de
servicios permite dar seguimiento a la entrega de estos servicios. Sin duda,
existen muchas ventajas al implementar una solución de este tipo. No obstante,
es necesario tomar en consideración algunos factores para obtener una
implementación exitosa.
En primer lugar, es necesario
revisar si los procesos actuales del negocio son compatibles con las prácticas
establecidas por el CRM, por ejemplo, pueden
existir diferentes maneras de gestionar a los clientes dentro de un mismo
negocio, tal vez el sector gobierno se maneja distinto a al sector privado, o
los clientes mayoristas se rigen por diferentes reglas a los minoristas. Por
otro lado, es posible que las carteras de clientes sean gestionadas
exclusivamente por los vendedores con libertad total para gestionar su cartera
e incluso no estén dispuestos a centralizar su información.
Es necesario realizar un dimensionamiento del tamaño
de la herramienta a adquirir. Existen en el mercado, varias opciones tan
complejas como se deseen pero que de alguna forma necesitan recibir información
de otras aplicaciones o fuentes de información para poder explotar la totalidad
de sus funciones. Además, se debe considerar el mantenimiento que la
herramienta requiere y la
infraestructura tecnológica que la soporta. Para tal caso, se recomienda utilizar
una versión libre de un CRM o un producto que opere en línea con el soporte y
mantenimiento a cargo del fabricante.
Por último, y en función de las capacidades del programa,
puede ser necesario establecer un protocolo o proceso para mantener actualizada
la información de los clientes, pero
sobre todo alguien que sea capaz de analizar la información que se va
integrando con el fin de generar propuestas y promociones para los clientes,
identificar hábitos o detectar cambios, en pocas palabras, la herramienta no pasará
de ser un repositorio de información si no existen los mecanismos para explotar
la información.
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